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Quimera

Proyecto "Quimera" por Anika Sancho y Rocío Eslava.

 

DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO:

 

Proyecto colectivo de investigación y experimentación sobre la fotografía de paisaje. Las fotografías se han realizado en Canarias y los Alpes franceses. La obra consta de quince piezas, compuesta cada una por dos imágenes (una de cada autora y de cada lugar). Aun tratándose de dos fotografías de estilos y técnicas diferentes, estas se relacionan entre sí, a través de similitudes de composición, líneas que continúan de una a otra fotografía o incluso por textura convirtiéndose en una sola imagen. La unión de las dos fotografías crean un nuevo paisaje (geografías ficticias).

 

DESARROLLO CONCEPTUAL:

 

El paisaje ejerce un papel esencial para el desarrollo de las identidades territoriales y su

interiorización social. Este rol a nivel social, es una consecuencia inmediata de la vivencia y observación del territorio. La dimensión comunicativa del paisaje es amplia y vemos como, muchas veces, se utiliza y modela para y por valores turísticos o comerciales.

 

"El paisaje es, a la vez, una realidad física y la representación que culturalmente nos hacemos de ella; la fisonomía externa y visible de una determinada porción de la superficie terrestre y la percepción individual y social que genera; un tangible geográfico y su interpretación intangible.

"[1]

 

Observamos cómo actualmente existe un consumo compulsivo de imágenes de paisaje y creemos oportuno reflexionar sobre algunas consecuencias que esto implica:

 

Por un lado se tiende a banalizar las complejas relaciones entre la realidad y su representación, por otro lado vemos que se sustituye el contacto con el mundo real por una representación estereotipada e inducida del mismo.

 

Incluso podemos decir que se condiciona la experimentación de los lugares y se predeterminan los vínculos afectivos que se establecen con los mismos o con sus representaciones.

 

La facilidad de acceso a imágenes de paisajes de cualquier lugar del mundo, supone un impedimento para el desarrollo de la vivencia propia y la implicación.

 

Como consecuencia las preconcepciones alejan el punto de encuentro entre la visión y la emoción. “El cliché parece prevalecer sobre la experiencia real, más rica y compleja”. [2]

 

Teniendo esto en cuenta, hemos querido desarrollar un proyecto en el que la experimentación e interacción con el paisaje fuera esencial, tanto a la hora de la toma, como de la edición y producción. De esta forma se reivindica la existencia de una mirada propia contra la tendencia hacia la representación de paisajes idealizados.

 

Sugerimos experiencias ligadas a un lugar físico, en este caso un lugar “inventado”, producto del encuentro entre las miradas que propone cada autora sobre lugares de por sí turísticos. Lugares a los que se les aplican, generalmente, los cánones de belleza y los clichés antes mencionados.

 

Para alejarnos de la visión más comercial y acercarnos a esa visión más emocional y personal sobre el territorio, proponemos lecturas más ambiguas en las imágenes queriendo potenciar una atmosfera evocadora, creando imágenes que sugieren más que muestran.

 

El paisaje que tratamos de capturar nada tiene que ver con distancias y medidas, sino con la práctica de andar y mirar, con el modo en que los elementos se relacionan entre sí, con el observador y con la experiencia del lugar. En nuestras imágenes no es importante el referente fotográfico sino la expresión de una relación. No se pretende mostrar sólo un lugar sino la presencia y la emoción de un sujeto en ese lugar, una realidad que proviene de un “territorio mental”, la esencia menos tangible de las cosas.

 

“La fotografía no sólo es capaz de revelar el envoltorio común que une a los objetos fotografiados, el mundo y el fotógrafo. También se caracteriza por su capacidad de hacer presentir los envoltorios subjetivos del ser”[3]

 

Es importante que se diferencie el estilo personal de cada autoras ya que así se respeta la narración personal. Pero es importante también, que se perciba el dúo de imágenes como un solo paisaje al cual accederemos de forma conjunta y ambigua, a veces surrealista. Así se permite mayor libertad y subjetividad en la lectura del espectador y así, nos podemos alejar de la visión más obvia y mascada que a menudo nos imponen. “La cámara es un medio fluido de encontrar esa otra realidad.” [4]

 

 

[1] Del texto de Joan Nogué “Paisaje y comunicación: el resurgir de las geografías emocionales.”

[2] Del texto de Michael Jacob “Teoría y paisaje: reflexiones desde miradas interdisciplinares”

[3] TISSERON, “La fotografía, pantalla o envoltorio del mundo”. “El misterio de la cámara lucida. Fotografía e inconsciente”. Ed Universidad de Salamanca. 2000 p.110

[4] Jerry N. Uelsmann (sacado de Sobre la fotografía de Susang Sontag p 276.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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